domingo, 3 de agosto de 2008

"Denles ustedes de comer"

Multiplicacion de los panes (Mt 14, 13-21)

"La Buena Noticia de la multiplicación de los panes es uno de esos hechos que ha quedado grabado para siempre en la memoria de la Iglesia. Fue una fiesta; una fiesta humilde, una fiesta de fe. Humilde porque sólo había panes y peces, pero tan sobreabundantes que despertaban el asombro, la fe, el gusto de compartir la misma mesa y sentirse hermanados en ese pan… No podemos imaginarnos a la gente de otro modo que partiendo sorprendidos el pan y compartiéndolo llenos de alegría con sus vecinos.

Nos ha quedado en el corazón como el evangelio de la desproporción. Lo que salió de las manos del Señor que bendecían fue un derroche de pan: los cinco panes se convirtieron en cinco mil. Hubo sobreabundancia: todos comieron hasta saciarse. Y hasta derroche: recogieron las sobras, doce canastas. Un derroche en el que no se perdió nada.

...El mensaje del Evangelio es claro, diáfano, cálido y contundente: donde está Jesús desaparecen las proporciones humanas...

El milagro de los panes no tiene nada de solución mágica. En medio de él está el mismo Jesús con las manos en la masa. Un Jesús que se reparte y se entrega a sí mismo en cada pan; un Jesús que ensancha su mesa, la que compartía con sus amigos, y le hace sitio a todo el pueblo; un Jesús que es todopoderoso con el pan y los peces. ¡Qué lindo es mirar los signos humildes, las cosas pequeñas con que trabaja Jesús: el agua, el vino, el pan y los peces! Con estas cosas humildes es omnipotente el Señor. Sus manos se hallan a gusto bendiciendo y partiendo el pan. Me animaría a decir que el Señor se desborda sólo en aquellos gestos que puede hacer con sus manos: bendecir, sanar, acariciar, repartir, dar la mano y levantar, lavar los pies, mostrar las llagas, dejarse llagar… El Señor no tiene excesos verbales ni gestos ampulosos. Jesús quiere ser todopoderoso partiendo el pan con sus manos..."

Este texto es sacado de una homilía del Cardenal Bergoglio, que me pareció interesante compartir. El texto evangélico tiene una profundidad increíble, y la palabra lapidaria de Nuestro Señor Jesucristo: "Denles ustedes de comer". El Señor no nos deja solos. Lo unico que tenemos que hacer, es entregarle lo poco o mucho que tengamos, para que Él lo bendiga y lo transforme hasta que sobreabunde y haya derroche. Solo así podremos saciar el hambre, no solo material, sino el espiritual, que sufre hoy nuestra sociedad.

Denles ustedes de comer... ¡No tengamos miedo de entregarle nuestra pobreza a Cristo! El va a transformarla para bien. Animémosnos a ofrecérsela en cada Eucaristía.

Denles ustedes de comer...¡No tengamos miedo de anunciar la Verdad de Jesucristo!

Espero que se encuentren bien. Bendiciones y que la Virgen Madre los proteja.

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